El "rabillo" es el nombre de una parte de la ternera, de ahí el nombre de este plato tan jugoso. Para que no os confundáis en la carnicería, recordad que el rabillo de cadera es una pieza triangular de carne magra .
Ingredientes:
1 pieza de rabillo de cadera
2 cebollas medianas
2 zanahorias
1 vaso de vino blanco
1 pastilla de caldo de carne
Aceite
Sal
Pimienta
1º Unta el rabillo con aceite y échale la sal y la pimienta al gusto, luego échalo en una cazuela con aceite en el fondo y deja que se dore bien por todos los lados.
2º Pica la cebolla y la zanahoria, cuando la carne esté dorada incorpóralas a la cazuela. Baja el fuego lo más que puedas, ya que no queremos que la cebolla se nos quede negra y dura, sino que se poche. TRUCO: cuanto más pequeñito piques la verdura menos tiempo tardará en pochar. Mientras, pon en un cazo agua a hervir y echa la pastilla de caldo de carne para que se deshaga.
3º Cuando la cebolla esté transparente, vierte el vino blanco y un poco del agua con la pastilla de caldo, que ya debería estar deshecha, y deja que la carne cueza hasta que esté completamente hecha.
4º Una vez la carne está en su punto, retiramos del fuego la cazuela. Separamos la carne, que la podemos poner en una bandeja para servir, de la verdura y el caldo, que pasamos por el pasapuré. TRUCO: si no tienes pasapuré, como yo, puedes usar la batidora. La salsa te quedará más uniforme y suave.
Puedes poner la salsa alrededor de la carne, decorar la fuente con ella o simplemente ponerla en un cacharro a parte y que cada uno se sirva lo que quiera.
Me parece un plato que, si está bien presentado, es muy elegante y se presta para hacer para invitados. Prueba tu talento decorativo con él y seguro que no defraudará en tus cenas con invitados.
¡Suerte!
2 cebollas medianas
2 zanahorias
1 vaso de vino blanco
1 pastilla de caldo de carne
Aceite
Sal
Pimienta
1º Unta el rabillo con aceite y échale la sal y la pimienta al gusto, luego échalo en una cazuela con aceite en el fondo y deja que se dore bien por todos los lados.
2º Pica la cebolla y la zanahoria, cuando la carne esté dorada incorpóralas a la cazuela. Baja el fuego lo más que puedas, ya que no queremos que la cebolla se nos quede negra y dura, sino que se poche. TRUCO: cuanto más pequeñito piques la verdura menos tiempo tardará en pochar. Mientras, pon en un cazo agua a hervir y echa la pastilla de caldo de carne para que se deshaga.
3º Cuando la cebolla esté transparente, vierte el vino blanco y un poco del agua con la pastilla de caldo, que ya debería estar deshecha, y deja que la carne cueza hasta que esté completamente hecha.
4º Una vez la carne está en su punto, retiramos del fuego la cazuela. Separamos la carne, que la podemos poner en una bandeja para servir, de la verdura y el caldo, que pasamos por el pasapuré. TRUCO: si no tienes pasapuré, como yo, puedes usar la batidora. La salsa te quedará más uniforme y suave.
Puedes poner la salsa alrededor de la carne, decorar la fuente con ella o simplemente ponerla en un cacharro a parte y que cada uno se sirva lo que quiera.
Me parece un plato que, si está bien presentado, es muy elegante y se presta para hacer para invitados. Prueba tu talento decorativo con él y seguro que no defraudará en tus cenas con invitados.
¡Suerte!
Comentarios